Yo Soy

Te invito a seguirme por los caminos de la música y la cultura, viviendo el arte
y promoviendo buenas lecturas.

Crecí en un mundo mágico, rodeada de cariño, cuentos y tradiciones.
Mis recuerdos están colmados de los juegos y travesuras compartidos con
mis hermanos, de las notas del piano y las narraciones en la voz de mi madre,
de los problemas matemáticos y los experimentos científicos en los serenos y
gentiles silencios de mi padre.

La palabra escrita siempre ha estado presente en mi vida. Vengo de una larga
tradición de tejedoras. Tejemos con lanas y agujas, también con voces y palabras.
Las ganas de escribir siempre estuvieron allí. Finalmente, por estos días,
les he dado rienda suelta.






martes, 20 de agosto de 2013

El Golem de Praga
Leyenda judía


Una de las leyendas más extrañas dentro de la realidad mágica de los judíos europeos proviene de uno de los ghettos más viejos de ese continente.  En el corazón de Praga, capital de la actual República Checa, existe un ghetto con más de ocho siglos de antigüedad conocido como Josefov, o  Ciudad de José.  Fue allí, precisamente, que vivió Rabí Judah Loew ben Bezalel (1512 - 1609), también conocido con el acrónimo de el Maharal, o “nuestro maestro y rabí”.

Además de Rabino, el Maharal era filósofo, astrólogo, astrónomo, y observador de las ciencias naturales. Fue conocido, además, por sus conocimientos en la magia y en la kabbalah. En la Praga de hoy en día todo el mundo conoce la leyenda del Golem del Rabí Loew.

 En aquellos tiempos del Maharal, los judíos del ghetto cargaban el peso, no sólo de sus faenas cotidianas, sino también de la pobreza, las persecuciones, los perjuicios raciales y las calumnias infundadas.  Cuenta la leyenda que el Rabino Low, mediante el estudio de las escrituras sagradas a través de la kabbalah, logró descifrar la palabra que D-s utilizó para dar el don de la vida.

Fue así que moldeó una pila de fango que tomó del Río Moldavka, y creó un hombre de barro o Golem con el propósito de ayudar a los judíos del ghetto con sus faenas diarias y, a la vez, protegerlos de las masas ingnorantes. Para darle vida, el rabí escribió sobre la frente del Golem la palabra Emet, que en hebreo significa ‘verdad’. 

Al principio, el Golem ayudaba con todo tipo de tareas cotidianas y mundanas, construyendo, limpiando, y cargando agua, ya fuera de día o de noche. Sin embargo, el Golem estaba sujeto a las leyes talmúdicas hebreas como el resto de los judíos, y por ende, no podía trabajar durante el Sabath, o el sábado. Así que en este día de descanso, el rabí borraba la primera letra de la inscripción escrita en la frente del Golem, el aleph, lo que dejaba inscrito solamente la palabra Met, que en hebreo significa ‘muerte’. Una vez borrada la letra aleph, el Golem perdía el soplo de vida, y descansaba el resto del día.

Pero sucedió que un sábado el rabí olvidó borrarle el aleph de su frente. Entonces,  el Golem se tornó en contra de toda la comunidad, y comenzó a destruir el ghetto, casa por casa. Cuando el Maharal fue alertado sobre las acciones del Golem, ya el monstruo había destruído casi media ciudad. Entonces el rabí se apresuró, se le acercó al Golem, y con un sencillo movimiento de su mano, le borró el aleph a la inscripción sobre su frente, y en ese mismo momento el monstruo cayó sobre la tierra y murió. Ante los ojos de la comunidad aterrorizada, el monstruo se secó, y el barro se tornó en arcilla dura y árida.  El Rabino observó su creación sin vida, yaciendo en el suelo... y decidió esconder los restos de su hombre de arcilla en un lugar secreto.

Hoy en día, si uno va a lo que queda de Josefov, en el distrito histórico de Praga, hay una antigua sinagoga ortodoxa, en la calle Maiselova, que sigue en uso a pesar de haber sido construída en el Siglo XIII. En esta sinagoga, conocida como Altneuschul (Antigua Nueva Sinagoga), hay un cuarto con una puerta sellada sólidamente, y de acuerdo a la leyenda, detrás de esta puerta, se encuentra el cuerpo de arcilla seca del Golem del Rabí Loew, sellado para toda la eternidad para que no pueda escapar y causar más destrucción.

Fuentes:
http://www.es.chabad.org/library/article_cdo/aid/590251/jewish/el-Maharal.htm
http://www.taringa.net/posts/apuntes-y-monografias/1721283/Golem-de-Praga-Leyenda-Judia.html
http://efimero.wordpress.com/2006/10/29/el-golem-o-la-leyenda-del-hombre-artificial/
http://elmonasterio.org/escritos/2005/06/17/golem

Fotos:
Altneuschul, La antigua Nueva Sinagoga - Praga
C. Spitz



domingo, 11 de agosto de 2013

¿Por qué las personas se gritan cuando están enojadas?
Relato hindú
 
 
-Un día, un hombre santo hindú que visitaba el Río Ganges con sus discípulos, vió en la ribera a los miembros de una familia que se gritaban los unos a los otros. El hombre santo preguntó a sus discípulos:
¿Por qué las personas se gritan cuando están enojadas?
 Lo discípulos pensaron durante unos momentos.
- "Porque pierden la calma" - dijo uno - "por eso se gritan."
- “Pero, ¿por qué gritar cuando la otra persona está junto a ti?” - preguntó el maestro – “¿No puedes decirle lo mismo en voz baja?”
Los discípulos dieron algunas otras respuestas, pero ninguna de ellas les satisfizo.
Entonces, el hombre santo explicó a sus discípulos: "Cuando dos personas se enojan, sus corazones se distancian mucho. Para reducir esta distancia o brecha entre ellos, tienen que gritar para poderse escuchar. Entre más enojados estén, más alto tendrán que gritar para acortar la gran distancia que los separa."
“Pero, ¿qué sucede cuando dos personas se aman? Ellos no gritan, ellos se hablan en voz baja y suave porque sus corazones están muy cerca el uno del otro. La distancia entre sus corazones es muy poca o inexistente.”
El hombre santo continuó, "Y cuando esas dos personas se aman aún más, ¿qué sucede? Ellos no hablan, sólo susurran y se acercan aún más en su amor. Finalmente ellos no necesitarán hablar, les bastará mirarse a los ojos. Así es la distancia cuando dos personas se aman sinceramente."
Finalmente, el santo miró a sus discípulos y les dijo, "Así, cuando discutan con alguien, no dejen que sus corazones se distancien. No digan palabras que aumenten esa brecha, o llegará el día en que la distancia será tan grande que no encontrarán el camino de regreso."
 
 
Podemos encontrar muchas versiones de esta narración. Una de ellas, extraída del libro Juntos pero no atados (Ed. Amar) de Jaume Soler y M.Mercé Conangla la atribuye a Meher Baba, gurú o maestro espiritual indio (Pune, 1894 – Meherazad, 1969) quien tocaba varios instrumentos y hablaba diversas lenguas. Poeta, admiraba especialmente los versos del poeta persa Hafiz.